Doctora Elise — Capítulo 3

Arrepentimientos

Elise apenas consiguió calmarse y parar de llorar.

—Lo siento mucho. No imaginé que sería tan duro para tí—dijo su padre.

Toda la familia creía que se había desmoralizado a causa del castigo que recibió, pero no era el caso. 

—No, fue mi culpa, estaba equivocada. 

La verdad era que Ji Hyun ni siquiera recordaba porqué la habían castigado en ese momento de su vida.

—«Bueno, seguramente hice algo mal. Probablemente rompí algo de valor incalculable o intimidé a algún criado».

Fue bastante incómodo para ella admitir que en el pasado tenía una horrible personalidad. ¿Qué sentido tenía ser bonita como una muñeca si su personalidad era una porquería?

—«Debería estar agradecida de que a estas alturas aún no he llegado a cometer ninguno de los crímenes que llevaron al fatal desenlace de mi familia».

Estaban en el año 283 del reino, ese año tenía sólo dieciséis y no había causado serios problemas todavía. Estaba agradecida por ello. 

—«Aún tengo tiempo para cambiar el destino de mi familia».

Esta vez no cometería los mismo errores, viviría feliz junto a su adorada familia. 

—«¿Por qué ha cambiado tanto la personalidad de esta niña?»

Todos pensaban lo mismo. Era tan diferente, ya no estaba irritada ni enfadada, era una niña dulce y calmada demasiado calmada para tener sólo dieciséis años. Si no la conocieran pensarían que era una persona distinta. 

—«¿Fueron esos diez días demasiado para ella?»

El marqués estaba muy preocupado de que su castigo hubiera podido causarle algún tipo de daño psicológico a su adorada niña. 

—«Pero en el pasado no importaba qué tipo de castigo le impusiera, nunca le afectaba y ni siquiera se arrepentía de sus actos». 

Verla allí sentada y relajada, era reconfortante pero al mismo tiempo le resultaba extraño.

—«Bueno, probablemente volverá a las andadas muy pronto, no me cabe duda».

Una amarga expresión ensombreció su rostro con ese pensamiento. Sería estupendo si siguiera actuando como una buena persona, pero probablemente sólo duraría un par de días. Era su hija pero sabía bien que a pesar de su angelical apariencia tenía una personalidad malvada. No podía hacer nada al respecto, no importaba cuánto lo intentara, nada servía ni los castigos ni la educación. No podía cambiarla, todo era en vano.

—«¿Seré capaz de verla madurar antes de morir?»

Sintió una profunda frustración, pero no tenía ni idea de lo rápido que su deseo se había realizado. Desde ese día su hija había cambiado por completo.

❀ ◦ ❀ ◦ ❀

—Mary, yo haré el resto.

—Pero, es mi trabajo señorita.

—No, me siento mejor haciéndolo. Tienes mucho trabajo que hacer, así que ve y continúa con tus otras tareas.

La mucama Mary estaba realmente confundida, hasta el punto de que se preguntaba si realmente la señorita frente a ella era Elise. Sin embargo, miraba su cara de muñeca que le confirmaba una y otra vez que era ella. 

—Ah, gracias por el pastel de antes.

Mary volvió a quedarse impactada. 

Elise nunca agradecía nada a nadie, porque creía que estaba por encima de ello. «¿Realmente es la señorita?», había cambiado tanto en los últimos días, que bien podría ser otra persona. Nunca se había disculpado con ellos tampoco. 

Después de la cena familiar Elise hizo algo increíble, se presentó ante todos los sirvientes que había intimidado y se disculpó con ellos. Todos quedaron impactados por sus actos pero ninguno creyó que hubiera cambiado. Seguramente era un capricho pasajero y volvería a ser la misma de siempre, con su torcida y fea personalidad. Sin embargo, era un hecho que realmente cambió desde ese día. 

—«No ha tenido ninguna pataleta ni berrinche desde entonces, de hecho muestra consideración hacia aquellos que la rodean…»

Mary seguía sin creer lo que veían sus ojos.

—«Incluso se percató de que la madre de Han estaba enferma y le entregó dinero para pagar su tratamiento».

Aunque no era lo único que había hecho Elise. Cuando escuchó que una de las mucamas más antiguas, Mery, estaba embarazada le compró un regalo. También le prescribió medicinas a Yuni cuando estuvo enferma. Aquellos que recibieron su bondad estaban conmovidos.

—«¿Tal vez fue poseída por un ángel?»

Mary, que todavía era una niña, pensó que después de todo Elise tenía el aspecto de un ángel, tal vez lo fuera.

—«Si realmente un ángel ha entrado en su cuerpo, por favor señor ángel no se vaya nunca».

Mary lo deseó con fuerza, la señorita actual era tan amable que quería quedarse a su lado para siempre. 

❀ ◦ ❀ ◦ ❀

—Ah, ya es la hora.

Ji Hyun estaba a punto de escribir algo en el papel cuando miró el reloj en la pared y se levantó. Había pasado ya un mes desde que volvió a ser Elise, y ahora que volvía a estar familiarizada con su entorno quería ser una buena hija. 

—Padre, soy yo — entró a su despacho tras anunciarse.

—Oh, ¿qué necesitas Elise?

—Bueno, debe ser difícil manejar todos los asuntos del territorio, imaginé que estarías cansado así que preparé especialmente este té para ti.

—Cof, cof.

Lo que estaba haciendo no era nada especial, hacía días que le llevaba té o un postre a media tarde. También había hablado con su madrastra algunas veces. Eran pequeños gestos con los que había empezado a mejorar su relación familiar, pero ponía todo su corazón en ello. 

«En mi anterior vida era huérfana, incluso si quería pasar tiempo con mi familia no podía». Sólo cuando no los tuvo se dio cuenta de lo importantes que eran para ella. 

—Padre ¿qué pasa? —preguntó ante la perpleja expresión de su padre.

—Oh, nada… pensar que tú me prepararías un té…

—¿?

—Me siento tan feliz. Ah, pensar que llegaría el día en que podría tomar un té preparado por mi propia hija.

Tosió levemente, su expresión mostraba su gratitud por ese simple acto de cariño. 

Viendo su respuesta Elise sintió una presión en el pecho. Sólo era una taza de té, «a partir de ahora lo prepararé para tí más a menudo».

—¿Es de tu agrado el té?

—Oh, sí. Es delicioso, ni siquiera el té de palacio tiene un sabor tan marcado. ¿Cómo has conseguido que el té tenga un sabor tan robusto?

No estaba alabándola con palabras vacías. Realmente el té era bueno, tanto que no perdería ante el que servían en el palacio real. No, de hecho era incluso mejor.

—Aprendí sobre ello cuando tuve tiempo.

No era mentira, de hecho cuando fue reina estudió muy duro el arte del té para atraer la atención de su marido. No sirvió para su propósito inicial, pero no había olvidado lo aprendido. En su vida como Song Ji Hyun, no tuvo oportunidad de sacar partido a esa habilidad tampoco. 

—Me retiro padre, no trabajes demasiado.

—Ah… puedes quedarte un rato más. 

El marqués realmente se sentía triste al verla partir.

—No, si me quedo más te molestaré. Te veo en la cena. Que vaya bien el trabajo.

Cerró la puerta con cuidado para que el sonido no distrajera a su padre del papeleo. 

—Pensar que mi hija cambiaría tanto. Incluso se preocupa por mi salud.

Sólo ver a su hija crecer sana ya le aportaba una gran felicidad, pero verla preocuparse por él, cómo podría no estar encantado. 

Tenía tanto miedo de perder la felicidad que acababa de conseguir, que sorbía el té muy despacio, para que le durara todo lo posible. 

*Créditos*

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