La encantadora sonrisa de Weiwei — Capítulo 10

Muy astuto

¿Du,duelo?  Weiwei estaba tan sorprendida que no era capaz ni de teclear, aún así, cuando había una pregunta que le rondaba por la cabeza.

—¿Cómo es que Agua aceptó?—escribió un rato; lo conocía lo suficiente como para poder afirmar que nunca fue una persona impulsiva.

En “Sueños entre ríos y lagos” los personajes tenían dos formas de luchar uno contra uno; la primera era en la arena, un combate más bien formal, la segunda se llamaba “duelo”. Si a uno le derrotan en la arena, lo único a lo que afecta es el su posición en el rating de gladiadores. En los duelos, en cambio, uno perdía nivel por la derrota. Cuando se inicia el juego, no es gran problema, ya que los niveles se ganan con gran rapidez, pero para los jugadores de nivel alto es una tragedia, a alguien como Agua o Weiwei, recuperar un solo nivel le llevaría, como mínimo, medio mes de trabajo duro.

Encima, Agua es un donante, es decir, una persona que compra, con dinero real, cosas del juego, así como los mejores artefactos y la mejor equipación. Y aceptó el duelo con el Grandmaster cuya armadura es igual de buena, ¿En qué estaba pensando?

Weiwei había formado equipo con ambos, así que conocía los puntos fuertes de cada uno; eran tan distintos que se le hacía imposible compararlos. Grandmaster era dios, un sobrehumano, Agua, por otro lado, no era más que un simple guerrero más o menos con la misma habilidad que Weiwei. De ahí la pregunta, ¿por qué decidió morir de una forma tan estúpida?

—Es que en realidad tampoco tenía elección,—explicó El Tipo.—El tercer hermano lo retó en el chat del mundo, y encima de tal forma que de negarse, después le sería imposible entrar al servidor por verguenza.

Así que todo fue más o menos formal.

—¿Qué es lo que dijo?—preguntó maravillada.

—Dijo,—empezó a explicar,— que lo reta a un duelo de tres batallas y que si gana al menos una de estas, se le considerará ganador y que, de ser así, jamás volverá a menionar nada de aquel vídeo. También dijo que vendrá sin su animal y que si aún con estas se niega a luchar, no se le puede considerar hombre. En resumen, que era mejor perder que no venir.

Sin animal…¿Acaso es posible ganar de esta forma? Weiwei seguía alucinando, siempre supo que Grandmaster no era un humano corriente, pero eso reafirmó su convicción de que se trata de un ser divino. Las condiciones que puso para el duelo no las podría refutar ni la persona más camorrista. Si lo retaba sin más, este podría ignorar la “invitación”, diría que su nivel es demasiado distinto y ya está, ahí acabaría todo, sin tener que sentirse deshonrado o avergonzado por ello, pero no podía ignorar una provocación así, pues perdería, al instante, su imagen pública.

—En un momento dado me dio hasta pena,—dijo Vino.—El pobre, de luchar solo un combate, perdería un único nivel. Si ganara con dos de tres combates, ya se rendiría después del segundo, sin meterse en el tercero. Pero no pudo ser, Nai He lo organizó todo de tal forma para que le sea imposible rendirse antes de acabar el tercero, aún cuando es obvio que no podrá ganar. Al final ya era una cuestión de honor.

—Es astuto, muy astuto,—comentó El Tipo del Monte.

—Dejad de inventar cosas,—se metió Nai He en la discusión.—Simplemente no me apetecía perder mi tiempo en un debate.

Tras pensarlo un poco, Weiwei llegó a la conclusión de que Sonrisa tiene toda la razón del mundo. De ser un duelo normal, Agua comenzaría a discutir con Nai He hasta encontrar una excusa válida para no hacerlo y todo acabaría en nada. Un duelo con el Grandmaster es una muerte segura.

—¿No pensaste,—preguntó Mozata,—que Agua puede tener suficiente orgullo como para no llevar a su mascota tampoco?

—¿Por qué iba a pensar en él?—dijo Nai He, como si Agua no fuera más que un ser inferior, sin importancia.

Eso es. Esa es la idea que Weiwei no conseguía formular: él no tenía por qué pensar en otros.

—¿Tres?—Volvió a preguntar a tiempo que se le acercaba al músico,—¿lo mataste tres veces?

—Sí.—Weiwei no supo qué responder. Normal que Agua le respondiera con tan mal humor. Tres niveles…¡Son más de dos meses perdidos!

—Pero si tampoco te dejaste rutas de escape a ti mismo,—Mozarta se quedó pensativo.—Imagínate que por cualquier tontería perderías un combate. Ya sabes, podían apagar la electricidad, o irte mal el router. ¿Realmente le perdonarías el vídeo?

—Bueno, una derrota es una derrota,—dijo con toda la tranquilidad del mundo,—Además de que tengo a una maravillosa esposa.

—Jejeje,—se rió Vino.—Cierto, Sonrisa solo hablaba por sí, jamás mencionó nada de nuestra cuñada. Además, ella es mucho más fuerte que el tercer hermano, ¿Habéis visto cómo luchan? ella mata a todos los monstruos mientras que Nai no hace más que descansar en la sombra de algún árbol.

—Me alagas,—dijo Weiwei.

—Astuto, muy astuto,—volvió a suspirar El Tipo del Monte.

Acababan de vencer a un jefe y nadie quería moverse, así que todos juntos estaban meditando perezosamente en los Montes Verdes y, entretanto, hablaban entre sí. Εn esos montes había hierbas medicinales y Weiwei decidió aprovechar la ocasión y recoger un poco de estas.

Habiendo actualizado la ventana de los mensajes de sistema, la muchacha se topó con uno nuevo.

[Sistema]: El ladrón Men Dun Xing huyó de la Cárcel Celestial y, aprovechó la oscuridad de la noche para asaltar el castillo y robar el joyero de la princesa Xiang Xue. ¡No hay perdón para su delito! Ιnstamos a todos los héroes del mundo a ayudar con su captura e informar a las autoridades. Habrá una gran recompensa.

—El jefe Men escapó de nuevo. ¿Lo capturamos?—preguntó Weiwei.

Men Dun Xing no era un simple jefe. Era, literalmente, adicto a su trabajo. No pasaba ni un solo día sin que se escapara de su celda, para seguir su naturaleza, que, una y otra vez, lo llevaba a robar. En cuanto pasaba, el sistema denunciaba el delito y todos, absolutamente todos, trataban de arrestar al ladrón, aunque fuera bastante difícil hacerlo. Cuando lo capturaban, lo devolvían a la prisión, pero aún así, al día siguiente volvía a escapar. A pesar de la elevada dificultad, ese jefe era uno de los más populares; no sólo recibías una gran recompensa, sino que también, normalmente, robaba algo de mucho valor.

Una vez Weiwei tuvo la suerte de encontrárselo, luchó con él y, aunque estuviera casi sin vida, logró vencerle. Ese día se llevó un cofre lleno de monedas de plata. Obviamente no todos tenían la misma suerte. 

Hubo un caso muy épico, cuando el sistema anunció que se robó la espada de Dong Fang Bu Bai. Era sensacional, todo el servidor estaba buscando al ladrón. Esa espada no se puede considerar un arma de nivel “Dios”. Era más que eso, era un artefacto único. Daba igual el nivel de uno y las quests que tenía en ese momento, en aquel momento, para todos eso era más importante. Se lo encontró uno de los jugadores del top, lo venció y se decepcionó. Al pobre le salió un cuchillito en cuya descripción ponía: “Cuchillo memorial con el que se castró Dong Fang Bu Bai”.

[El vino del mono]: ¿Joyero de la princesa? Nop. 

[Mozarta]: No quiero mover ni un dedo por eso.

[El tipo del monte]: Acabo de volver del foro. Ya eliminaron el vídeo.

[El vino del mono]: Por dios, ¿por qué es tan obediente?

[Junco humilde]: ¿Por qué me está dando la sensación que os da pena que lo eliminara?

[El vino del mono]: Porque así es.

[El tipo del monte]: Si no lo llegaba a eliminar nosotros lo… ohjojojo…

[El vino del mono]: Lo hackearíamos.

[El tipo del monte]: Le vaciaríamos la cuenta bancaria.

[Mozarta]: Entonces yo le… ¿eh? ¿y a mí que me queda? ¿vender a su esposa?

[El tipo del monte]: Pero lo ha eliminado. Sin más. ¡Nos ha arruinado la oportunidad perfecta!

[Junco humilde]: Chicos, sois crueles.

[El tipo del monte]: Nos halagas. Pero comparados con Nai He, somos simples novatos.

Weiwei sintió un sudor frío recorriéndole la espalda.

[Sonrisa Nai He]: Weiwei, vamos.

Weiwei le dio al botón para aceptar la invitación al equipo.

[Junco Humilde]: Vale, ¿Adónde?

[Sonrisa Nai He]: A algún lugar donde no estén estos.

La imagen cambió; estaban en el Pico del atardecer.

Admirar el atardecer desde el Pico del atardecer… 

Era el lugar más bello y el menos popular del juego. No había monstruos y ninguna quest llegaba hasta aquí. No había forma de recibir experiencia, pero aún así, desde que Weiwei conoció a su marido, comenzó a pasar más y más tiempo en esta zona.

El sol se escondió a medias tras las nubes, pero su luz lograba atravesarlas igual, por eso el ropaje rojo de la guerrera parecía más bello y luminoso y la apariencia del traje blanco de músico era aún más etérea. 

Weiwei se quedó observándolo embobada, con barbilla apoyada en su mano.

“Qué lugar más bello,” escribió tras un largo rato.

“Ahá,” contestó Nai He.

Durante un tiempo ambos guardaron silencio, sin saber qué decir, pero Nai He pareció haber encontrado el tema. 

“Tenía que haberte esperado y solo después decidir qué hacer, pero ya había tanta gente que vio ese video… En resumen, pensé que cuanto antes se solucionaba, mejor.”

Weiwei parpadeó perpleja, tardó varios segundos en darse cuenta de lo que estaba pasando. Le estaba explicando el porqué de sus acciones. En realidad no había nada que explicar, pero, por alguna razón la… conmovió. No sintió nada parecido a durante su grandiosa boda, ni tampoco cuando se vengó por ella. Pero ahora, con el paisaje de fondo, y su conversación… ¿por qué? 

No supo contestarle, sus dedos se quedaron inmóviles en el teclado y después le mandó una emoticono.

Nai He tampoco dijo nada más, ambos permanecieron sentados en un cómodo silencio observando la puesta de sol.

*Créditos*

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