Situación incómoda
—Te daré la oportunidad de probar tu valía como doctora. Para ser preciso, si me demuestras que tu labor como doctora supera a tu valor como Emperatriz, te dejaré serlo.
—¡!
Elise miró al Emperador sorprendida.
—Sin embargo, si no puedes probarlo, harás lo que yo quiera. ¿Qué opinas?
—¿Tengo una fecha límite?
—Tu ceremonia de mayoría de edad. No puedo darte más tiempo, considerando la ley.
—¡…!
Elise comprendió la intención del Emperador, apenas le estaba dando 6 meses para probarse a sí misma.
«Probar mi valía en 6 meses…» Era imposible, la apuesta no era justa. «Espera que me rinda y acepte ser la Princesa Heredera». Para ser sincera, no era una apuesta, pero organizar sus pensamientos para volver a ser una princesa…
Además, el término usado fue su valía como doctora, no su potencial. Tenía muchos significados posibles, pero ¿no debería convertirse en médica primero? ¿Y en 6 meses? En circunstancias normales no tendría ninguna oportunidad, era completamente injusto. Elise pudo sentir el inquebrantable deseo del Emperador de convertirla en su nuera.
—Es demasiado, ¿verdad?
No obstante, sólo sería injusto en circunstancias normales, lo cual no era el caso.
—Puedo tener algunas carencias, pero haré mi mayor esfuerzo. Gracias por su generosidad.
—¿¡…!?
Ante su rápida y decidida respuesta el Emperador se quedó atónito. Creyó que Elise sólo aceptó sin saber cuán complejo y difícil era el proceso para llegar a ser doctora, dado que sólo había un modo en el Imperio.
Primero los candidatos debían trabajar como aprendices en un hospital, después de ser reconocidos por sus profesores podían presentarse al examen nacional. No iba a ser una tarea sencilla y pocos lograban su objetivo, es más, no tendría ningún privilegio o atajo para lograrlo. También como noble sólo habría tenido acceso a la información mediante libros, pero tendría que enfrentarse a terribles enfermedades y condiciones en vivo.
¿Podría una niña mimada conseguirlo? Era difícil hasta para un hombre adulto soportar semejante carga, pronto se rendiría.
El Emperador miró la cara de muñeca de Elise. No parecía que sus delicados rasgos hubieran visto una gota de sangre, no de agua sucia en su vida. No había forma de que pudiera soportar semejante suplicio, le dió un plazo de 6 meses pero seguramente se rendiría mucho antes.
«Pero querer ayudar a la gente… ¿no es un precioso sentimiento?»
No estaba decepcionado con Elise, más bien se sentía extremadamente orgulloso de ella. Una Emperatriz necesitaba tener ese tipo de mentalidad.
«Si no fuera por el matrimonio con el Príncipe, la habría animado y apoyado para seguir sus metas».
El Emperador ya había decidido coronarla Princesa Heredera, así que estaba dispuesto a esperar a que reorganizara sus ideas y se rindiera con su reciente objetivo de ser médica.
«De todos modos, no es algo que una joven y protegida señorita noble pueda lograr».
Y así, la apuesta entre el Emperador y Elise se realizó. Para cualquiera que observara la situación parecería obvio que Elise perdería. Exacto, parecía.
❀ ◦ ❀ ◦ ❀
Tras terminar la conversación sobre el compromiso, continuaron con la charla habitual. Elise pasó la mayor parte del tiempo respondiendo preguntas dado que se agotó mentalmente después de su discusión sobre el compromiso. Cuando llegó el momento de regresar a su residencia, el Emperador habló.
—Oh, acabo de percatarme que les hemos impedido a los jóvenes ponerse al día. Ha pasado un tiempo desde que se vieron, ¿verdad?
—¿Mmm?
Elise abrió los ojos confundida por un momento, pronto se percató de que se refería a ella y al Príncipe Heredero.
—N-no su Majestad. Está bi…
Pero el Emperador la acalló y se dirigió al Príncipe.
—Príncipe, dad un paseo por el jardín con Elise. Tengo algo que discutir con el Marqués ahora.
Elise se sintió incómoda, pero el Príncipe sólo asintió.
—Sí, señor.
Así que Elise terminó pasando algún tiempo a solas con el Príncipe.
—Por aquí.
—Sí, su Alteza.
Recibió su desapasionada escolta con un suspiro. «… es incómodo»
En su anterior vida, ella lo amaba, apasionadamente más que a nada. Desde su perfecto rostro hasta su fría personalidad, no había nada que odiara. Él era lo único que existía en su mundo.
«Todo quedó en el pasado»
*Créditos*
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