Peligro inminente
Elise empezó a redactar en cuanto regresó a su habitación.
De aquí a diez años.
Se trataba de un recopilatorio de los eventos que estaban por acontecer, le quedaban diez años hasta el día en que fue ejecutada.
—Necesito prepararme para todo lo que se avecina.
Habían pasado treinta años, así que no tenía tan claras sus memorias como antes, pero intentó citar los detalles más relevantes a medida que iba recordando.
—La segunda expedición a Klin, muere el segundo hermano—. Le dolió el corazón al escribir esa frase.
—Muere mi madrastra por enfermedad degenerativa.
—La traición de la familia Tristen lleva a la revocación del título de noble de mi familia y acaba con la ejecución de mi padre.
—El encubrimiento de los crímenes de la Reina, yo, llevan a la ejecución del primer hermano.
Seguía soportando el dolor en su pecho a medida que escribía más y más desastres que estaban por venir. «Esta vez será diferente, no dejaré que la historia se repita».
Decidió incluir también eventos que no involucraron a su familia pero que eran importantes también.
—La primera expedición a Klin fue aniquilada debido a una enfermedad contagiosa desconocida.
Las bajas rondaron los 47.000.
—El Parkinson de la duquesa de Hubble se agravó y la mató.
—La enfermedad del Rey se agravó y también acabó con él.
—Segunda plaga en Londo, la capital del imperio Brittany, muertes estimadas 100.000.
—Después de la guerra con Klin, se origina un brote en tres ciudades del sur que lleva a su cierre. El origen de dicho brote fue la región este, fallecidos estimados 70.000.
«Obviamente esta sociedad está más atrasada que la tierra, hay muchos sucesos que tienen que ver con enfermedades. No existe aún el concepto de sanidad pública y mucha de la medicina avanzada todavía no se conoce». Se quedó mirando sus últimas anotaciones.
La segunda plaga en Londo, con un conteo de muertes estimadas de 100.000. Era increíblemente aterrador, pensar que podría ser evitado con ciertas preparaciones. Hace veinte años, la primera plaga mató a unas 150.000 personas.
—¿No habrá una forma de reducir las víctimas?
Estaba preocupada, podría haber vuelto al cuerpo de Elise, pero en el fondo seguía siendo Song Ji Hyun; una cirujana con nervios de acero que no podía obviar la muerte de las personas.
«Las epidemias no son el único problema. También las enfermedades que en la tierra no tienen mayor relevancia, en esta época pueden llevar a la muerte fácilmente». De nuevo estaba preocupada.
—Si utilizo mis conocimientos médicos, ¿no podría reducir las bajas?
Tenía el conocimiento de la era moderna sobre medicina, de hecho sus conocimientos eran tan amplios que en la tierra se la consideraba un genio.
La razón por la que volaba en ese avión en primer lugar era para participar en la conferencia mundial de medicina, para recibir un premio por sus logros como cirujana. «Claro que no soy una especialista en salud pública, epidemiología ni historia de la medicina, pero tal vez con los conocimientos generales que poseo como cirujana pueda ser de ayuda». Tal vez se le permitió regresar a esa era precisamente para ayudar con estos temas.
—Tengo que hablar con padre sobre esto.
Su padre Ed, el marqués, era también el canciller del país. Escucharía lo que tenía que decir.
—Después de que me ocupe de un par de cosas podré vivir tranquilamente como doctora.
Echaba de menos la vida de quirófano, la sensación del frío mango del bisturí en la mano. La tensión que se vivía en esos momentos en que una acción determinaba la vida o la muerte del paciente. Tal vez había vuelto al cuerpo de Elise pero su alma seguía siendo la de una cirujana. Quería volver a sentir la gratificación de salvar una vida.
—Además también tengo que tener en cuenta…
Siguió escribiendo sus memorias a medida que los recuerdos afloraban. Había temas triviales, pero también algunos importantes.
—Oh, no. ¿Cómo he podido olvidar esto?
Tragó saliva.
—El anuncio de mi compromiso con el príncipe heredero en el año 283, en el banquete de su cumpleaños.
Estaba en el año 283 y el cumpleaños era en julio, sólo le quedaban dos meses. Palideció, ese día fue el inicio de la tragedia.
❀ ◦ ❀ ◦ ❀
Esa misma noche toda la familia pudo reunirse para cenar.
—Elise, ¿no tienes apetito?
—Ah, no, estoy bien madre.
La marquesa sonrió al escuchar que la llamaba madre. Hasta ahora nunca la había llamado así. Después de casarse con el marqués, dado que no podía tener hijos había considerado a Elise como propia. La entristecía mucho ver cuánto esfuerzo ponía ella en mantenerla alejada, pero últimamente se habían acercado mucho y eso la llenaba de alegría y esperanza.
*Créditos*
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