Doctora Elise — Capítulo 5

Reencuentros incómodos

—«La primera vez que me llamó madre, me hizo tan feliz»—. No sólo la llamaba madre, también la trataba como a tal. Le mostraba cariño y respeto. 

Aunque la marquesa estaba sorprendida por su cambio de actitud también estaba muy feliz.

—«¿Por qué está tan inquieta?»—. Recientemente su hija se mostraba tranquila y amable, pero hoy estaba distinta. Parecía que algo la agobiaba mucho.

—«Han traído su pastel de fresas favorito, pero apenas ha tomado bocado».

—Elise, ¿ocurre algo?

—Ah, no—. Negó con la cabeza pero era evidente para todos que algo la preocupaba.

—Hmm, ¿qué te preocupa?

—Sí, si hay algo que te preocupe díselo a tu hermano mayor, yo me ocuparé de todo—. Tanto su padre como su segundo hermano, Cris, le preguntaron ansiosos. En cambio su otro hermano, Ren, que acababa de volver a casa después de mucho tiempo fuera sólo la miró sin abrir la boca.

—Es… —Elise dudó y suspiró—, padre el banquete de cumpleaños…

—¡Ah! —su padre afirmó comprendiendo qué le preocupaba a su niña.—Oh, sólo era eso. No tienes de qué preocuparte—, sonrió—ya lo he aclarado todo con su Majestad. Todo irá como querías.

Elise gritó por dentro angustiada, pero el marqués no se percató de su cambio.

—En el banquete de cumpleaños del príncipe se anunciará oficialmente vuestro compromiso, como querías.

Todo se volvió oscuro para ella, pero una fría voz se alzó.

—Padre, estoy en contra de este compromiso.

Era su hermano mayor, el barón Ren de Chlores. Un hombre tan duro y afilado como un cuchillo, pero al mismo tiempo increíblemente hermoso.

—Ren, ¿¡cómo puedes decir eso!? ¡Ir en contra del compromiso del príncipe heredero con Elise!

—Te lo plantearé de otra forma, ¿crees que esta niña es un buen partido para el príncipe heredero? No, mejor aún ¿realmente piensas que podría ser la madre de este país?

—¡Tú…! ¡CÓMO PUEDES DECIR ESO!—el marqués alzó la voz airado.

—No sé si alguien tan humilde como yo, debería ir en contra de la decisión del Rey, pero no creo que esta niña sea adecuada para el trono.

La habitación se enfrió con sus palabras.

—Ah… hermano mayor acabas de volver después de un mes y ya lo has hecho de nuevo—, Cris suspiró incómodo—. Siempre vas a por Elise en cuanto la ves.

Como el diputado de la división de pistolas de la guardia imperial siempre encontraba algo malo en ella. «Ahora que lo ha oído no hay forma de que se quede callada y lo ignore, no con su personalidad».

Pero tuvo que tragarse sus pensamientos cuando vio su cara.

—¿Umm?

En la cara de Elise no había rastro de ofensa, más bien estaba relajada pero confusa. «Qué extraño, ¿me habré equivocado?». Pero su instinto no le fallaba, no estaba enfadada, sin embargo…

«La lengua venenosa de mi hermano sigue tal como lo recordaba. En el pasado lo odié pero ahora tengo mis dudas». En su anterior vida cuando se convirtió en Reina, si cometía algún error Ren siempre aparecía para regañarla con sus duras palabras. Le odiaba y lo consideraba una espina en su costado, pero ahora sabía que se preocupaba por ella con esas palabras. «Al final tenía razón, yo no era adecuada para ser reina». 

Volvió a rememorar su primera vida. Todas las tragedias empezaron cuando intentó convertirse en Reina, cuando claramente no era adecuada para semejante cargo. «Necesito detener este compromiso como sea». Esa boda trajo desgracia para todos, no sólo para ella, también para el príncipe heredero. «Si lo pienso bien, la verdadera víctima de ese matrimonio fue el príncipe heredero. Me merecía todo el sufrimiento, debía pagar por mis crímenes, pero él sufrió del mismo modo sin cometer pecado alguno».

Suspiró. «Necesito idear una forma de detener el compromiso. Luego podré vivir una tranquila vida como cirujana, sin lazos con la familia real».

Se sumergió en sus pensamientos una vez más.

*Créditos*

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