La encantadora sonrisa de Weiwei – Capítulo 5

La gran boda

Los informáticos ganaron el partido y pasaron a semifinales. El público estaba encantado, salvo las chicas, que esperaban ver a Xiao Nai, y no apareció.

Nada más terminar el encuentro, Weiwei salió disparada hacia la residencia para entrar al juego. La Sonrisa NaiHe ya estaba online, y se conectó al chat.

—Lo siento, he tardado un poco.

—No te preocupes, ve al templo de Yue Lao. —Weiwei se subió a su caballo de un brinco y salió galopando hacia su destino.

Lo que no esperaba, era encontrar tal cantidad de gente allí reunida; por suerte la mayoría se encontraban fuera del templo, aunque dentro tampoco estaba muy despejado.

—¿De dónde ha salido toda esta gente? —Preguntó acercándose a NaiHe; ella no había invitado a nadie porque, por un lado, no se tomaba la boda en serio y, por otro, se sentía mal por casarse habiendo pasado sólo 3 días desde su divorcio.

—Pregúntales tú misma. —Contestó NaiHe, a su modo habitual.

La joven miró alrededor asombrada; realmente había mucha gente.

—¡Hey! —Era Ayuda Oportuna, un hombre que se encontraba justo a su lado—. ¡Felicidades! —Le guiñó un ojo—. He reunido a todo nuestro gremio; iremos a caballo detrás del palanquín. Será alucinante.

—Los nuestros también están aquí. —dijo otro jugador.

—Todos esperan sobres rojos. —dijo Ayuda con emoticonos sonrientes.

Weiwei se sintió abrumada; fuera había cientos de personas, y si NaiHe le daba a cada uno un sobre de dinero, se arruinaría.

En ese momento, emergió una ventana: «traspaso de armadura» de La Sonrisa; había un par de objetos, que a juzgar por su brillo, estaban a nivel «Dios».

—¿Y esto qué es? — estaba sorprendida.

—Mi regalo de bodas —su respuesta, como siempre, fue clara y concisa.

«Así que, ¿esto es lo que sienten las mujeres que se casan por dinero?» pensó con los ojos llenos de lágrimas, «es agradable».

Pese a todo, se calmó a tiempo para rechazarlo; todos los objetos eran muy caros y simplemente no podía aceptar.

—Acéptalo, —NaiHe le escribió enseguida— lo necesitarás en la Arena.

«Así que es por eso» pensó la guerrera. Esta vez aceptó y le mandó el mejor objeto que tenía en su inventario: un anillo que aumentaba la velocidad. A lo que él le respondió con un par de signos de interrogación.

—La dote —Al otro lado de la pantalla, se sonrojó.

Después de estos días, la joven se había acostumbrado a las bromas por parte de su nuevo equipo; así que no le costó nada hablarle en el mismo tono. Pero su «dote» no era nada en comparación con el regalo que él le dió.

—Sé que es poco, pero más tarde te daré más. —añadió tras unos segundos de silencio.

—Vale —NaiHe envió una carita sonriente antes de seguir—, aunque, en realidad, me basta contigo. — Weiwei se sonrojó aún más.

Se acercaron a la estatua de Yue Lao y el sistema anunció: «El Junco Humilde y La Sonrisa NaiHe encontraron el amor verdadero. Aquí y ahora, prometen estar juntos para toda la eternidad».

No era de sorprender que el chat, se desbordara en segundos. Y Junco en el palanquín nupcial, dado que no tenía nada mejor que hacer, se puso a leerlo para testar su tolerancia a las burlas.

Las bodas eran el tema candente, más aún ya que sólo habían pasado tres días entre ellas. Algunos mensajes eran positivos, mientras otros sólo buscaban criticar. Un jugador en concreto, tuvo el descaro de señalar que NaiHe se quedó con las sobras de Agua Real. Weiwei memorizó su ID, esperaba que no tuviera la mala fortuna de cruzarse en su camino de nuevo, porque se arrepentiría de sus palabras.

Mientras tanto algunos jugadores escribían cosas un tanto… «Interesantes».

{Mundo} [Pantalones a rayas]: Nominación «Novio»: ¡La Sonrisa NaiHe VS El Agua Real es Inodora! ¡Gana NaiHe!

{Mundo} [Pantalones a rayas]: Nominación «Novia»: ¡El Junco Humilde VS La Diablesa de la Lluvia! ¡Gana La Diablesa de la Lluvia!

{Mundo} [Pantalones a rayas]: Nominación «Espectacularidad»: Contando la cantidad de fuegos artificiales, con una diferencia abismal, ¡Gana NaiHe!

Aquí es cuando no aguantaron más los del equipo y se unieron a la discusión.

{Mundo} [El tipo del monte]: ¿Quién acaba decir que La Diablesa ha ganado? ¡Nuestra tercera cuñada es mil veces más fuerte que esa diablesa! Y si no me creen, son bienvenidos a la Arena.

{Mundo} [El vino del mono]: ARENAARENAARENAARENAARENA.

Weiwei se rió tanto que empezó a dolerle el estómago. El desfile, de acuerdo a la tradición, era lento, así que Weiwei leía sin prisa; y una afirmación le llamó especialmente la atención.

{Mundo} [Copito de nieve]: Una vez ví a NaiHe y a la Diablesa juntos.

{Mundo} [Desastre123]: Sí, yo también los vi luchando juntos hace una semana o así.

{Mundo} [alexz]: Si es eso cierto, entonces el Agua abandonó al Junco y La Diablesa a NaiHe, ¿y esos rechazados se casaron entre ellos?

{Mundo} [Teja]: Entonces, ¿se casaron por pena?

«Así que, ¿NaiHe y La Diablesa se conocen? e incluso, ¿llegaron a combatir en el mismo equipo?»

Weiwei mordió el bolígrafo que sostenía. Aunque se casaban por el torneo, que sus dos «maridos» tuvieran relación con esa mujer, era raro. Nunca le gustó quedarse con la duda así que directamente preguntó.

—¿Conoces a La Diablesa de la Lluvia?

—No —respuesta, como siempre, corta y concisa.

—Pero, —vaciló antes de seguir escribiendo— los vieron cazando juntos.

—¿Eso cuenta? —La miró de reojo—. Una vez El Tipo del Monte la añadió a la Raid, pero la eché porque era totalmente inútil. No sabe jugar.

Weiwei no contestó. Aunque no debería, le sentó bien lo que dijo.

El desfile duró unos diez minutos y luego comenzó el banquete. Hacía unos días, NaiHe la llevó a la taberna para elegir el menú. Pero ella sólo pudo observar consternada, cómo seleccionaba los mejores platos disponibles, ¡cada uno de ellos aportaba un 20% más de vida durante 24h al comensal!

Weiwei no entendía ese derroche, nunca había visto nada así en ninguna boda. Así que no pudo evitar molestarse.

La cena se podría resumir en: un grupo de personas vino, comió y se fue, otro grupo de personas vino, comió y se fue, otro grupo más hizo lo mismo… Y así, hasta las nueve de la noche, cuando, escuchando los gritos alegres de sus amigos, se fueron a la habitación de los novios.

Cuando Weiwei se casó con Agua, esas habitaciones todavía no existían, ya que eran una de las novedades de la última actualización. Los recién casados tenían que pasar en la habitación no menos de quince minutos y  recibían puntos de relación. Después podían entrar de nuevo, no más de diez minutos cada vez, y también les daba puntos, pero éstos iban disminuyendo conforme se alejaban del día de la boda. Sin embargo, si regresaban durante los aniversarios volvían a recibir una gran cantidad de ellos.

La noche de bodas era, en realidad, un dolor; en esos 15 minutos los personajes no podían ni salir a la calle, ni meditar ni curarse, de forma que sólo tenían dos opciones: hablar sentados o acostados. De ahí que las malas lenguas comenzasen a referirse a ese tiempo como «parloteo sin revolver las sábanas».

Aún así, no hubo ni siquiera «parloteo», pues cuando entraron, recibió un mensaje de NaiHe: necesitaba atender una llamada y se disculpó un momento.

Era la primera vez que Weiwei visitaba su casa y, para ser sinceros, no le sorprendió nada que su hogar fuera de tan alto nivel. Tenía muchísimas habitaciones e incluso un gran jardín. Mientras que Weiwei vivía en un cobertizo.

Aburrida, comenzó a estudiar para su examen y para cuando terminó, NaiHe volvía a caballo, en ropajes blancos, y se le veía aún más sereno y bello de lo habitual.

—Sube.

Weiwei se unió y juntos, a lomos del corcel, se dirigieron hacia el lago de la Montaña celestial. Luego visitaron el Lago del Oeste y más tarde, la montaña nevada de la isla de los Inmortales. Poco a poco, Weiwei se fue dando cuenta de que todo era muy extraño. En un principio pensó que harían una quest en pareja, pero…

—¿Qué estamos haciendo?— le preguntó extrañada.

—Turismo —contestó NaiHe, como sí fuera natural.

Claro, eso explicaba por qué habían visitado todos los lugares más bellos del servidor.

—Entonces, ¿esto es algo así como nuestra luna de miel? —En cuanto lo dijo, se sintió avergonzada.

NaiHe no lo negó. En ese momento se acercaban a una montaña rodeada por niebla, era un paisaje encantador y Weiwei ya no pudo guardarse más para sí sus pensamientos.—¿Sabes, Grandmaster? Te estas tomando todo esto demasiado en serio.

*Créditos*

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