La encantadora sonrisa de Weiwei — Capítulo 7

El trío de la lluvia

Weiwei recordó su frustración cuando no pudo completar esa misma quest. Por un momento sintió pena por el chico, pero el recuerdo de sus jactanciosos comentarios liberó su conciencia; siguió atacándole, en automático, sin remordimientos.

Preparó un té y se dispuso a charlar con Nai He por privado, pero tardaba en responder. Imaginó que estaba ocupado; así que se concentró en sus estudios de nuevo.

Levantó la mirada tras terminar otro tema. En la pantalla habían aparecido tres jugadoras con los nicks: Hojas bajo la lluvia, La luz de la lluvia y La lluvia infinita.

«Oh, ¿El gremio de la lluvia? ¿Qué hacen ellas aquí?»

—¡Hey! ¿Me estás ignorando?—preguntó Hojas.

Weiwei frunció el ceño y revisó el historial del chat

{Localización actual} [Hojas bajo la lluvia]: Oh, ¡Nai He está aquí!

{Localización actual} [La lluvia infinita]: Y esa tipa también. ¡Mirad, están maltratando a un inocente!

{Localización actual} [Luz de la lluvia]: Cierto…de hecho, lo hacen a conciencia. Fijaos que le quitan solo 1HP cada vez.

{Localización actual} [La lluvia infinita]: ¡Pero si es El juramento sobre sangre!

{Localización actual} [Hojas bajo la lluvia]: ¿Lo conoces?

{Localización actual} [La lluvia infinita]: Me regaló estas botas que llevo ahora y más de una vez me ayudó en las quests.

{Localización actual} [Hojas bajo la lluvia]: ¿Le ayudamos?

{Localización actual} [Luz de la lluvia]: ¿Crees que podremos?

{Localización actual} [Hojas bajo la lluvia]: Podríamos hablar con ellos.

{Localización actual} [Hojas bajo la lluvia]: ¡Hey, Nai He! No solo estás en el TOP sino que, además, eres el grandmaster. ¿Qué clase de héroe maltrata a los débiles?

{Localización actual} [Luz de la lluvia]: Encima siendo dos contra uno…

{Localización actual} [Hojas bajo la lluvia]: Hey, *emoji de enfado* ¿Me estás ignorando?

La charla iba dirigida a Nai He, pero éste se había alejado un poco de ella y no parecía haber visto los mensajes, o simplemente decidía ignorarlos. Weiwei estaba un tanto aturdida, si las chicas querían ayudarlo no lo estaban haciendo precisamente bien; así que trató de intervenir para aplacar los ánimos. 

—Estamos resolviendo nuestros problemas, así que, por favor, seguid vuestro camino.

—¿Solucionando problemas? ¿así es como ahora se denomina a la tortura? —Preguntó La luz.—¡Esto es un juego!

Weiwei estaba a punto de responder, cuando Nai He intervino.

—Si queréis salir con vida de esta, os iréis ahora.

Al mismo tiempo recibió un mensaje suyo: 

«Me había ausentado. Sigue con lo que estabas haciendo, yo me ocupo de esas tres».

Weiwei miró la pantalla con desconfianza.

«Grandmaster, ¿estás seguro de que no lo empeorarás?»

Hojas y sus compañeras enrojecieron de rabia; no podían oponerse a Nai He, lo adoraban, aunque su seca y cortante respuesta terminó con todas sus ensoñaciones de un plumazo.

—¡Esto ya es pasarse! —Gritó Hojas bajo la lluvia.

—¡Exacto!—La apoyó La lluvia infinita.—¡No importa que seas el número uno del servidor! ¡Si no sabes hablar con las mujeres, no eres más que un maleducado!

«Jaj,» se rió para sus adentros Weiwei. «Dicen eso después de referirse a mi como [esa tipa], que es, obviamente, una clara señal de respeto y  educación.»

—No es más que un juego, no os enfadéis,— dijo Weiwei.

—¿Qué importa que sea un juego? ¿O es que eso os da derecho a torturar a los de menor nivel?

Weiwei contempló el cielo en silencio. He aquí un claro ejemplo de hipocresía. Lo que sí era una tortura era tratar de razonar con personas que carecían de lógica y sentido común. Odiaba lidiar con ese tipo de gente, no escuchaban y siempre estaban seguros de tener razón.

—Sigamos las reglas del juego entonces. Os reto a un duelo, vosotras 4 contra nosotros dos. Si nos vencéis, nunca más nos acercaremos a él.

«Descansa por ahora. Yo me ocupo»,— le escribió Nai He.

El músico se adelantó cubriendo a la guerrera con su cuerpo. Weiwei recordó lo audaz que solía ser su marido en combate: «Claro. Estaré observando ^_^».

Se negaron a aceptar el duelo. Cuando lo propuso Weiwei aún creían tener alguna posibilidad, pero al adelantarse Nai He dudaron. 

¿Cuán fuerte podía ser el músico para avanzar sin temor hacia un combate desigual?

Las tres se quedaron inmóviles, intercambiando, claramente, mensajes por privado.

—¿Qué batalla?—La víctima por fin reaccionó.—¿Os habéis vuelto todos locos o qué? Hermana, ¿todavía no terminaste? ¿cuánto piensas seguir con esta mierda? Ya me he duchado y todo, y aún sigues aquí.

Juramento, hola, soy yo,—dijo La lluvia infinita.

—Buenas, ¿Qué haces aquí?

—Deja que te ayudemos.

Juramento revisó el historial del chat y se tensó. Conocía a esa chica, la había ayudado alguna que otra vez, pero nunca la vio proteger a nadie. ¿Por qué se metió en esto? No le importaría si fueran TOPs, les podría devolver de alguna forma el favor, pero tres chicas inútiles y encima todas del mismo gremio…

De pronto, recordó a La diablesa, aunque no estuviera ahí, cualquiera que escuchara del gremio de la lluvia lo asociaba con ella. También se rumoreaba que dejó a Nai He y le robó el marido a Junco…

¡Joder! solo quería jugar un rato, no protagonizar el escándalo más discutido del servidor. Y encima esos dos, Sonrisa y Junco, eran rencorosos y vengativos. No quería volver a tener problemas con ellos, sobre todo con el cabrón de Sonrisa; por la mañana se vieron, como si nada, en el mercado y por la tarde le capturó cerca del lago como si supiera exactamente qué quest estaba realizando.

«No, no puede ser. ¿Cómo podría haberse enterado?»

Cuanto más pensaba en ello, más nervioso estaba. Lo importante en esta situación era poder terminar la quest, ya había invertido unas ocho o nueve horas de su vida y no podía permitirse fallar ahora. Morir una vez no sería un gran problema, no perdería el progreso, así que, tras pensarlo bien.

—Está bien, tenemos asuntos que resolver, así que no os metáis. Es más, ¡no peleéis, chicas, ajajaj! Me dejaréis mal y se extenderá el rumor de que unas mujeres tuvieron que salvarme.

No esperaban una respuesta tan ingrata y petulante, así que, furiosas, se dieron la vuelta y desaparecieron de escena.

—Corte, doctor, —dijo Juramento a Junco.—Todavía me quedan unos 200 HP, así que me voy a la lavandería, tendrás tiempo suficiente para matarme.

Weiwei se rió; aunque en el juego se mataran, en el mundo real los tres seguían con sus vidas. Además, ese imbécil por más cretino que fuera, tenía sentido del humor. Si fuera un poco más educado podría ser un buen tipo, pero lamentablemente, no era el caso.

—Bueno, basta ya,—dijo guardando la navaja.—Lo único que conseguiré a este paso será gastar datos para nada. Prefiero ir a recoger hierbas.

—Vamos,—dijo Nai He.Ambos se marcharon a lomos del caballo, dejando a Juramento solo, rodeado del haz verde paralizante.

*Créditos*

Capítulo anteriorCapítulo siguiente

Lista de capítulos

Bookmark

No account yet? Register

No robes contenido!!!